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La batalla por la inteligencia

Lo que vivimos ahora tiene un trasfondo, solo ha cambiado el terreno en donde se lleva a cabo la lucha

Rodrigo Bernardino

2/10/20251 min read

Entre 1954 y 1958, el estrecho de Taiwán ha sido escenario de una crisis que por poco desata la Tercera Guerra Mundial. China comunista bombardeó islas controladas por Taiwán, y EE.UU. respondió enviando su flota y amenazando con usar armas nucleares. Pekín retrocedió, pero nunca olvidó. Desde entonces, Taiwán ha sido el punto de mayor tensión entre ambas potencias: un recordatorio de que la rivalidad nunca desaparecerá, solo cambiará de forma

En 1971, un equipo de ping-pong de Estados Unidos llegó a Pekín con las raquetas en la mano y el futuro en juego. No eran soldados ni diplomáticos, pero sus partidos trazaron un puente entre las dos potencias enemigas. Se conoció como la "Diplomacia del Ping-Pong", el momento en que Estados Unidos y China, tras años de aislamiento mutuo, encontraron en el deporte la excusa perfecta para comenzar a hablar. Un año después, Nixon visitaría China y el mundo nunca volvería a ser el mismo.

Pero la tregua fue sólo momentánea. Hoy, las trincheras no están en un estrecho marítimo, sino en los dominios de la inteligencia artificial. ChatGPT vs. DeepSeek. De un lado, OpenAI, el gigante estadounidense que popularizó la IA generativa y cambió la forma en que el mundo interactúa con las máquinas. Del otro, China, con su propia apuesta, DeepSeek, un modelo entrenado con datos que no sabemos su origen y que promete desafiar el dominio de Silicon Valley. No es solo una pelea entre chatbots: es una nueva Guerra Fría disfrazada de innovación.

Como en 1971, hay dos potencias enfrentadas, pero esta vez no están jugando al ping-pong. Están entrenando cerebros artificiales que definirán el futuro. Y mientras las máquinas aprenden, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Quién ganará?